Ya tenemos la castañada muy cerca y con ella las castañas, los boniatos, los bollos y el vino dulce. Todos nos hemos sentado con la familia a comer estos alimentos pero la mayoría de nosotros desconocemos de dónde viene esta tradición culinaria.

Se comenta que por el siglo XVIII, por la noche de Todos los Santos, los campaneros debían repicar las campanas para recordar a los habitantes del municipio que rezaran por sus difuntos. A medianoche, vecinos y feligreses del pueblo llevaban a la iglesia cestas de castañas, dulces y vino, para agradecer su trabajo y para mantenerlos despiertos hasta tocar el amanecer. De este hecho surge la fiesta que hoy conocemos como «La Castañada».

Aunque hay muchas recetas de panellets que han pasado de generación en generación en un trozo de papel escrito a mano, la auténtica se encuentra certificada como «Especialidad Tradicional Garantizada (ETG)», sello que otorga el Parlamento Europeo a aquellos productos con una «composición tradicional o que han sido obtenidos a partir de materias primas tradicionales o mediante un método de producción o transformación de tipo tradicional».

Si lo que queremos es comer unos bollos auténticos tradicionales, tenemos que buscar en su envase el distintivo correspondiente, que obliga a los productores a utilizar como base de mazapán almendras granuladas, azúcar y huevo, quedando totalmente prohibido la utilización de féculas, manzana, conservantes y colorantes artificiales.

Por tanto, a pesar de que llevamos años haciendo bollos en nuestra cocina no está de más saber que originariamente no añadían según qué ingredientes, sino que se han ido incorporando a lo largo de los años para abaratar su coste.

Os adjuntamos una receta siguiendo los criterios originales, diseñada para una gran cocinera defensora de nuestra gastronomía como es Carme Ruscalleda:

 

https://blog.lamallorquina.es/recepta-panellets-carme-ruscalleda-sense-patata/